Ubicado junto al imponente Árbol de la Encina, de más de 500 años de edad, el Santuario de Nuestra Señora de la Encina finaliza su construcción en 1498, en un estilo a caballo entre el gótico y el renacentista.
En su interior atesora varias obras reseñables como el retablo mayor gótico-flamenco de gran valor artístico; la talla románica de la virgen del siglo XII; las pinturas del juicio final del siglo XVI y las de las bóvedas; la capilla del Cristo de 1608…
Además, en lo que un día fueron las caballerizas, hoy en día dan cobijo al Museo Sacro, que conserva elementos religiosos de gran valor eclesiástico como los mantos que cubrieron a la Virgen de la Encina el día de su Coronación en 1954.